“Las huellas no se hacen solasni con sólo el ir pisando. Hay que rondar madrugadas maduras en sueño y llanto. Viento de injustas arenas fueron mi huella tapando. Lo que antes fue clara senda se enyenó de espina y barro. Parece que no hubo nadasi se mira sin mirarlo. Todo es malezal confuso, pero mi huella está abajo.”
Atahualpa Yupanqui
Un día como hoy, hace 33 años atrás moría el santiagueño Santucho. Un dirigente político estudioso y capaz, dueño de una reflexión profunda e iniciativa permanente. Un jefe de trato amable y sencillo, se hacía querer por todos sin perder jamás autoridad. Valiente hasta la temeridad, nunca veía un obstáculo como demasiado grande. Convencido absolutamente de lo justo y valedero de la causa que defendía, y de sus posibilidades de triunfo. Igual que el Che, hacía lo que decía; y siempre marchó a la cabeza de su gente sin especulación alguna. A nadie le exigió lo que no se exigió a si mismo.
Como todos los grandes tuvo sus aciertos y sus errores. Pero nadie podrá jamás cuestionar su rebeldía frente a la injusticia de los poderosos, su honestidad política y personal, su consecuencia.
Alguna vez, tal vez dentro de no muchos años, ocupará con justicia su lugar en el panteón de los constructores de esta patria, de los grandes héroes nacionales. Nosotros lo llevamos siempre en el corazón. Nos entibia el alma.
H.T.
